31 agosto, 2008

Historia de Mara ( III )

Después de una agotadora semana de trabajo llegó el tan esperado fin de semana, y con él, el momento de la celebración del cumpleaños de Tina.
Mientras Mara se arreglaba para ir a casa de su amiga, le albergaba una pequeña e ingenua esperanza de que Tina le llamara para decirle que la fiesta se había suspendido y que lo mejor sería que se fueran las dos a tomar algo en plan tranquilo para celebrarlo....

"Imposible"-pensaba Mara- "Tina no sería capaz de suspender una fiesta...y mucho menos la de su cumpleaños...."

Cuando terminó de arreglarse, Mara miro su reflejo en el espejo de la habitación.

"Mierda!!pero tú de donde has salido!" dijo Mara mirando un grano de tamaño considerable que le había salido en la frente.
Después de descartar la idea de exterminarlo con sus propias manos por miedo a hacerse una herida que llamase más la atención que el propio grano en sí, lo tapó como pudo con el flequillo y salió de casa camino del tren.

***

La casa de la sierra de Tina siempre le había gustado. Cuando era pequeña, Mara había ido varias veces de vacaciones con Tina y sus padres a pasar unos días alli. Las dos se lo pasaban en grande corriendo por el prado, yendo al rio a bañarse y subiéndose a los árboles para intentar ver alguna ardilla pegando brincos por las ramas.
Pero claro, las tranquilas vacaciones de cuando eran niñas no tenían nada que ver con esto. Según se iba acercando a la casa y Mara iba escuchando la música, un pequeño nudo de angustia se iba retorciendo en su pecho. La simple idea de tener que estar en un sitio lleno de gente con la que no tiene casi relación, incluso a la que no conocía de nada, le daba vértigo.

Mara suspiró, cogió aire y llamó al timbre.
Tina apareció guapisima, con su sonrisa de siempre y con un plato de frutos secos en la mano.

  • Aleluya Mara!! pensaba que ya no venías!
  • Perdona guapa, es que se me hizo tarde y luego entre el tren y unas cosas y otras....
  • No te preocupes, lo importante es que ya estás aquí! Mira!! -dijo Tina extendiéndole el plato de frutos secos a Mara para que lo viera-
  • Eeemmm...frutos secos, ¿no?
  • Alcaparras Mara! te acuerdas? las poníamos debajo de los pinos para intentar ver a las ardillas, te acuerdas?
  • Eemmm...querrás decir anacardos, no?
  • Uy!! siempre me equivoco, jajaja! pero te acuerdas o no?
  • Claro que me acuerdo tonta, aunque tú te empeñabas en trepar a los árboles para verlas mejor.
  • Era más emocionante, jajaja! - Dijo Tina guiñandole un ojo- Vamos, están todos dentro!
Mara tragó saliva, sonrió y fue detrás de Tina intentando llamar lo menos posible la atención.

Cuando llegaron a la zona de la piscina, Mara se quedó parada mirando al montón de gente que había en la fiesta:
  • Pero tia...de donde has sacado a tanta gente?
  • Jejeje! ya sabes, amigos, compañeros de curro, compromisos, amigos de amigos...hay gente que me la acaban de presentar, jaja!vida social Mara!

Tina la condujo hasta un grupo más o menos grande de gente y la presentó.
Después de dar "no se cuantos" pares de besos, y escuchar la mitad de nombres de los cuales no consiguió memorizar ninguno, Tina la llevó con sus antiguas amigas del instituto.

  • Hombre Mara, dichosos los ojos!
Mara se estremeció al escuchar la voz chillona y desagradable de Bea.
Ellas dos nunca se llevaron bien, y mucho menos, cuando Mara empezó a salir con Pedro. Bea llevaba años intentando tener algo con él y como sabía que Pedro solo tenía ojos para Mara, se dedicaba a malmeter entre los dos inventándose cualquier cosa que les pudiera alejar el uno del otro. Aunque nunca lo consiguió, no fueron pocas las veces que las dos habían discutido de forma acalorada.

  • Hola Bea, que tal...
  • Pues bien, no me ves? oye, ya me enteré de lo de Pedro...lo siento!!- dijo la chica con una sonrisa maliciosa en la boca.
  • Es agua pasada, ya hace bastante de eso.
  • Alguien quiere una copa?-dijo Bea casi sin dejar a Mara terminar de hablar.

Bea se alejó con aires de grandeza mientras Mara la miraba con cara de desprecio.

  • No la hagas caso, ya la conoces...-dijo Elia a Mara. Me alegro mucho de verte.
Elia era una chica tímida y con una voz muy dulce. Ellas dos no se conocían demasiado, porque Elia llegó al grupo cuando Mara se empezó a desvincular de él, pero siempre le había parecido una buena chica.
  • Yo también me alegro, como fue esa carrera?
  • Bien bien, ya estoy participando en juicios y tal...ya sabes que lo mio era el derecho por mucho que mis padres se empeñaran en meterme en la tienda a vender discos!
  • Si, es verdad, jejeje!
  • Ey chicas! qué os parece la benemérita? jajajajajja!!!
  • Jajajajja- rió una chica morena que Mara no conocía. Pero tía, quienes son esos tíos!

Mara se giró y miro a un grupo de unos 5 o 6 chicos vestidos con ropa de diferentes tonos verdes.

  • Es Matías y sus amigos. Se visten de verde en las fiestas multitudinarias porque dicen que así ligan más. Debe ser por lo que dicen que el verde es el color de la esperanza, jajajja!!!
  • Bueno, pues tampoco están tan mal, no? dijo Tina mirando a Mara.

Mara le hizo un gesto de indiferencia a Tina.
  • Tú siempre tan exigente! no tienes remedio...

La tarde fue pasando. Con la llegada del anochecer y el ir y venir de la sangría y las copas, la gente cada vez estaba más animada. Mientras Mara se entretenía dando pequeños paseos por el jardín, iba escuchando conversaciones de lo más dispares. Desde grupos de personas hablando de temas de lo mas vanales como vacaciones, ligues y moda, hasta personas hablando de solidaridad, guerras, política y paz en el mundo.
Justo al lado de la piscina había un chico que hablaba muy alto y que estaba entusiasmado contando el último capítulo de una serie de medicina y explicando lo que era el lupus y la dicodina que al parecer eran datos fundamentales del capítulo que estaba contando. Mara miró las caras de los oyentes del chico y por sus gestos y caras de asco, no debían estarlo pasando muy bien.
Pronto, Mara escuchó a un grupo de personas cantando la tan popular canción de "cumpleaños feliz". La chica morena que se reía con Tina y las demás chicas hablando de los chicos de verde, se acercaba con una tarta enorme de chocolate con tantas velas como años cumplía Tina.
  • Vamos Tina! pide un deseo y sopla las velas!
Mara sonrió. Sabía que Tina no creía en los deseos y por lo tanto, nunca los pedía. Siempre le habían parecído fantasías de la gente que pretendía conseguir cosas por arte de magia, sin hacer nada realmente para conseguirlas.
Tina la miró, miró la tarta y volvió a mirar a Mara.
  • Ya lo tengo.
Mara la miró con cara de desconcierto mientras su amiga la sonreía igual que cuando eran pequeñas y a Tina se le ocurría alguna gamberrada que hacer.
  • Veremos si se cumple! Y Tina sopló las velas.

Después de esto, Tina empezó a repartir la tarta. Cuando llegó a Mara, ésta le miró con cara de incomprensión.

  • No me mires así nena, que todo tiene su explicación, jajaja!
  • Y la explicación es.....?
  • Tarta? dijo Tina con la misma sonrisa que le había dedicado justo antes de soplar las velas.

Mara cogío la tarta y lo dió por imposible.

  • Diooos!!! qué buena! esto es mejor que un orgasmo!- gritó Bea cuando probó la tarta, tratando de llamar la atención.
  • Pues eso no dice mucho de tí Bea, dijo Elia riéndose a carcajada limpia.
  • Tú que sabrás!! dijo ofendida Bea y colorada como un tomate, mientras los demás se reían

Mara se acercó a Tina.

  • Me voy Tina, ya es tarde...
  • Pero Mara! si es pronto! por favoooorr...!!
  • No empieces, me voy que sino pierdo el tren. Te dije que solo me quedaría hasta que soplaras las velas, recuerdas?
  • Pero nena, te puedes quedar a dormir si quieres, ya lo sabes...
  • No, no....me voy de verdad. Pasalo bien , vale?
  • Vaaaale...la princesa se retira a su fortaleza y me abandona!! -Dijo Tina poniéndose la mano en la cabeza como si estuviera actuando en una obra de teatro dramático.
  • Jajaja! estás loca tia....
  • Ten cuidado, vale guapa?-dijo Tina ya hablando en serio.
  • Sí, no te preocupes....me vas a contar qué deseo has pedido? dijo Mara sabiéndo la respuesta.
  • No...solo te lo contaría si se cumpliera, y creo que no voy a tener suerte, jejeje!
  • A saber....venga guapa, hasta pronto.
  • Adiooos -Dijo Tina alejándose.


Mara llegó a tiempo para coger el último tren. No le gustaba el silencio que había en los trenes por la noche. Le resultaba bastante inquietante.
Pronto llegó a su estación, salió del tren y bajó las escaleras hacia el paso subterraneo que había para llegar al hall de la estación.
Cuando se acercaba a los tornos, sintió que alguien iba detrás de ella.

  • Perdona!- dijo una voz masculina

Mara se asustó. Había gente muy rara a esas horas por allí. Hizo como que no le escuchaba y siguió andando más deprisa.

  • Oye! no te acuerdas de mi? un bolso, una sonrisa, recuerdas?

Mara se paró. Miró para atrás y vio al chico que le había ayudado a levantarse aquel día en la estación.

  • Ah...ho...hola. -dijo Mara.
  • Hola, te vi en el tren y...qué tal estás? mejoró aquel día de locos?
  • jeje...sobreviví- dijo Mara con una tímida sonrisa.
  • Eso está muy bien! Ummm..no deberías ir sola por aquí, que hay cada loco por ahi suelto...
  • Na, no te preocupes, sé cuidarme sola.
  • Ya lo ví en el tren -Dijo el chico con la misma sonrisa pícara de aquel día en la estación.

Mara le miró con cara de ofendida, pero acto seguido no pudo reprimir una carcajada.

  • Un día malo lo tiene cualquiera no? dijo Mara riendo.
  • Supongo que sí- dijo el chico sonriendo. Me llamo Leo.
  • Yo soy Mara...
  • Encantado Mara. Deberíamos salir de aquí, van a cerrar la estación.
  • Si, mejor... -dijo Mara.

Y salieron juntos de la estación.





3 comentarios:

Zendir dijo...

Tenía un montón de ganas de saber de Mara y me ha encantado esta nueva entrega. Pero oye, se ha ido demasiado pronto de la fiesta, ¿no?

Besitos!!!

Nere dijo...

dios mio!!! me encanta!! impresionante!!!! para cuando el libro de Mara??? jejeje!! publicalo!!!!!



Un besito wapa!!!


kiero maaaaaaaaaaaaassss!!!

GatitoLindo dijo...

artista cariñoooo!